Gen 37:1  Habitó Jacob en la tierra donde había morado su padre,  en la tierra de Canaán.
Gen 37:2  Esta es la historia de la familia de Jacob:  José,  siendo de edad de diecisiete años,  apacentaba las ovejas con sus hermanos;  y el joven estaba con los hijos de Bilha y con los hijos de Zilpa,  mujeres de su padre;  e informaba José a su padre la mala fama de ellos.
Gen 37:3  Y amaba Israel a José más que a todos sus hijos,  porque lo había tenido en su vejez;  y le hizo una túnica de diversos colores.
Gen 37:4  Y viendo sus hermanos que su padre lo amaba más que a todos sus hermanos,  le aborrecían,  y no podían hablarle pacíficamente.
Gen 37:5  Y soñó José un sueño,  y lo contó a sus hermanos;  y ellos llegaron a aborrecerle más todavía.
Gen 37:6  Y él les dijo:  Oíd ahora este sueño que he soñado:
Gen 37:7  He aquí que atábamos manojos en medio del campo,  y he aquí que mi manojo se levantaba y estaba derecho,  y que vuestros manojos estaban alrededor y se inclinaban al mío.
Gen 37:8  Le respondieron sus hermanos:  ¿Reinarás tú sobre nosotros,  o señorearás sobre nosotros?  Y le aborrecieron aun más a causa de sus sueños y sus palabras.
Gen 37:9  Soñó aun otro sueño,  y lo contó a sus hermanos,  diciendo:  He aquí que he soñado otro sueño,  y he aquí que el sol y la luna y once estrellas se inclinaban a mí.
Gen 37:10  Y lo contó a su padre y a sus hermanos;  y su padre le reprendió,  y le dijo:  ¿Qué sueño es este que soñaste?  ¿Acaso vendremos yo y tu madre y tus hermanos a postrarnos en tierra ante ti?
Gen 37:11  Y sus hermanos le tenían envidia,  mas su padre meditaba en esto.
Gen 37:12  Después fueron sus hermanos a apacentar las ovejas de su padre en Siquem.
Gen 37:13  Y dijo Israel a José:  Tus hermanos apacientan las ovejas en Siquem:  ven,  y te enviaré a ellos.  Y él respondió:  Heme aquí.
Gen 37:14  E Israel le dijo:  Ve ahora,  mira cómo están tus hermanos y cómo están las ovejas,  y tráeme la respuesta.  Y lo envió del valle de Hebrón,  y llegó a Siquem.
Gen 37:15  Y lo halló un hombre,  andando él errante por el campo,  y le preguntó aquel hombre,  diciendo:  ¿Qué buscas?
Gen 37:16  José respondió:  Busco a mis hermanos;  te ruego que me muestres dónde están apacentando.
Gen 37:17  Aquel hombre respondió:  Ya se han ido de aquí;  y yo les oí decir:  Vamos a Dotán.  Entonces José fue tras de sus hermanos,  y los halló en Dotán.
Gen 37:18  Cuando ellos lo vieron de lejos,  antes que llegara cerca de ellos,  conspiraron contra él para matarle.
Gen 37:19  Y dijeron el uno al otro:  He aquí viene el soñador.
Gen 37:20  Ahora pues,  venid,  y matémosle y echémosle en una cisterna,  y diremos:  Alguna mala bestia lo devoró;  y veremos qué será de sus sueños.
Gen 37:21  Cuando Rubén oyó esto,  lo libró de sus manos,  y dijo:  No lo matemos.
Gen 37:22  Y les dijo Rubén:  No derraméis sangre;  echadlo en esta cisterna que está en el desierto,  y no pongáis mano en él;  por librarlo así de sus manos,  para hacerlo volver a su padre.
Gen 37:23  Sucedió,  pues,  que cuando llegó José a sus hermanos,  ellos quitaron a José su túnica,  la túnica de colores que tenía sobre sí;
Gen 37:24  y le tomaron y le echaron en la cisterna;  pero la cisterna estaba vacía,  no había en ella agua.
Gen 37:25  Y se sentaron a comer pan;  y alzando los ojos miraron,  y he aquí una compañía de ismaelitas que venía de Galaad,  y sus camellos traían aromas,  bálsamo y mirra,  e iban a llevarlo a Egipto.
Gen 37:26  Entonces Judá dijo a sus hermanos:  ¿Qué provecho hay en que matemos a nuestro hermano y encubramos su muerte?
Gen 37:27  Venid,  y vendámosle a los ismaelitas,  y no sea nuestra mano sobre él;  porque él es nuestro hermano,  nuestra propia carne.  Y sus hermanos convinieron con él.
Gen 37:28  Y cuando pasaban los madianitas mercaderes,  sacaron ellos a José de la cisterna,  y le trajeron arriba,  y le vendieron a los ismaelitas por veinte piezas de plata.  Y llevaron a José a Egipto.
Gen 37:29  Después Rubén volvió a la cisterna,  y no halló a José dentro,  y rasgó sus vestidos.
Gen 37:30  Y volvió a sus hermanos,  y dijo:  El joven no parece;  y yo,  ¿adónde iré yo?
Gen 37:31  Entonces tomaron ellos la túnica de José,  y degollaron un cabrito de las cabras,  y tiñeron la túnica con la sangre;
Gen 37:32  y enviaron la túnica de colores y la trajeron a su padre,  y dijeron:  Esto hemos hallado;  reconoce ahora si es la túnica de tu hijo,  o no.
Gen 37:33  Y él la reconoció,  y dijo:  La túnica de mi hijo es;  alguna mala bestia lo devoró;  José ha sido despedazado.
Gen 37:34  Entonces Jacob rasgó sus vestidos,  y puso cilicio sobre sus lomos,  y guardó luto por su hijo muchos días.
Gen 37:35  Y se levantaron todos sus hijos y todas sus hijas para consolarlo;  mas él no quiso recibir consuelo,  y dijo:  Descenderé enlutado a mi hijo hasta el Seol.  Y lo lloró su padre.
Gen 37:36  Y los madianitas lo vendieron en Egipto a Potifar,  oficial de Faraón,  capitán de la guardia.
Gen 39:1  Llevado,  pues,  José a Egipto,  Potifar oficial de Faraón,  capitán de la guardia,  varón egipcio,  lo compró de los ismaelitas que lo habían llevado allá.
Gen 39:2 Mas Jehová estaba con José,  y fue varón próspero;  y estaba en la casa de su amo el egipcio.
Gen 39:3  Y vio su amo que Jehová estaba con él,  y que todo lo que él hacía,  Jehová lo hacía prosperar en su mano.
Gen 39:4  Así halló José gracia en sus ojos,  y le servía;  y él le hizo mayordomo de su casa y entregó en su poder todo lo que tenía.
Gen 39:5  Y aconteció que desde cuando le dio el encargo de su casa y de todo lo que tenía,  Jehová bendijo la casa del egipcio a causa de José,  y la bendición de Jehová estaba sobre todo lo que tenía,  así en casa como en el campo.
Gen 39:6  Y dejó todo lo que tenía en mano de José,  y con él no se preocupaba de cosa alguna sino del pan que comía.  Y era José de hermoso semblante y bella presencia.
Gen 39:7  Aconteció después de esto,  que la mujer de su amo puso sus ojos en José,  y dijo:  Duerme conmigo.
Gen 39:8  Y él no quiso,  y dijo a la mujer de su amo:  He aquí que mi señor no se preocupa conmigo de lo que hay en casa,  y ha puesto en mi mano todo lo que tiene.
Gen 39:9  No hay otro mayor que yo en esta casa,  y ninguna cosa me ha reservado sino a ti,  por cuanto tú eres su mujer;  ¿cómo,  pues,  haría yo este grande mal,  y pecaría contra Dios?
Gen 39:10  Hablando ella a José cada día,  y no escuchándola él para acostarse al lado de ella,  para estar con ella,
Gen 39:11  aconteció que entró él un día en casa para hacer su oficio,  y no había nadie de los de casa allí.
Gen 39:12  Y ella lo asió por su ropa,  diciendo:  Duerme conmigo.  Entonces él dejó su ropa en las manos de ella,  y huyó y salió.
Gen 39:13  Cuando vio ella que le había dejado su ropa en sus manos,  y había huido fuera,
Gen 39:14  llamó a los de casa,  y les habló diciendo:  Mirad,  nos ha traído un hebreo para que hiciese burla de nosotros.  Vino él a mí para dormir conmigo,  y yo di grandes voces;
Gen 39:15  y viendo que yo alzaba la voz y gritaba,  dejó junto a mí su ropa,  y huyó y salió.
Gen 39:16  Y ella puso junto a sí la ropa de José,  hasta que vino su señor a su casa.
Gen 39:17  Entonces le habló ella las mismas palabras,  diciendo:  El siervo hebreo que nos trajiste,  vino a mí para deshonrarme.
Gen 39:18  Y cuando yo alcé mi voz y grité,  él dejó su ropa junto a mí y huyó fuera.
Gen 39:19  Y sucedió que cuando oyó el amo de José las palabras que su mujer le hablaba,  diciendo:  Así me ha tratado tu siervo,  se encendió su furor.
Gen 39:20  Y tomó su amo a José,  y lo puso en la cárcel,  donde estaban los presos del rey,  y estuvo allí en la cárcel.
Gen 39:21  Pero Jehová estaba con José y le extendió su misericordia,  y le dio gracia en los ojos del jefe de la cárcel.
Gen 39:22  Y el jefe de la cárcel entregó en mano de José el cuidado de todos los presos que había en aquella prisión;  todo lo que se hacía allí,  él lo hacía.
Gen 39:23  No necesitaba atender el jefe de la cárcel cosa alguna de las que estaban al cuidado de José,  porque Jehová estaba con José y lo que él hacía,  Jehová lo prosperaba.
Gen 40:1  Aconteció después de estas cosas,  que el copero del rey de Egipto y el panadero delinquieron contra su señor el rey de Egipto.
Gen 40:2  Y se enojó Faraón contra sus dos oficiales,  contra el jefe de los coperos y contra el jefe de los panaderos,
Gen 40:3  y los puso en prisión en la casa del capitán de la guardia,  en la cárcel donde José estaba preso.
Gen 40:4  Y el capitán de la guardia encargó de ellos a José,  y él les servía;  y estuvieron días en la prisión.
Gen 40:5  Y ambos,  el copero y el panadero del rey de Egipto,  que estaban arrestados en la prisión,  tuvieron un sueño,  cada uno su propio sueño en una misma noche,  cada uno con su propio significado.
Gen 40:6  Vino a ellos José por la mañana,  y los miró,  y he aquí que estaban tristes.
Gen 40:7  Y él preguntó a aquellos oficiales de Faraón,  que estaban con él en la prisión de la casa de su señor,  diciendo:  ¿Por qué parecen hoy mal vuestros semblantes?
Gen 40:8  Ellos le dijeron:  Hemos tenido un sueño,  y no hay quien lo interprete.  Entonces les dijo José:  ¿No son de Dios las interpretaciones?  Contádmelo ahora.
Gen 40:9  Entonces el jefe de los coperos contó su sueño a José,  y le dijo:  Yo soñaba que veía una vid delante de mí,
Gen 40:10  y en la vid tres sarmientos;  y ella como que brotaba,  y arrojaba su flor,  viniendo a madurar sus racimos de uvas.
Gen 40:11  Y que la copa de Faraón estaba en mi mano,  y tomaba yo las uvas y las exprimía en la copa de Faraón,  y daba yo la copa en mano de Faraón.
Gen 40:12  Y le dijo José:  Esta es su interpretación:  los tres sarmientos son tres días.
Gen 40:13  Al cabo de tres días levantará Faraón tu cabeza,  y te restituirá a tu puesto,  y darás la copa a Faraón en su mano,  como solías hacerlo cuando eras su copero.
Gen 40:14  Acuérdate,  pues,  de mí cuando tengas ese bien,  y te ruego que uses conmigo de misericordia,  y hagas mención de mí a Faraón,  y me saques de esta casa.
Gen 40:15  Porque fui hurtado de la tierra de los hebreos;  y tampoco he hecho aquí por qué me pusiesen en la cárcel.
Gen 40:16  Viendo el jefe de los panaderos que había interpretado para bien,  dijo a José:  También yo soñé que veía tres canastillos blancos sobre mi cabeza.
Gen 40:17  En el canastillo más alto había de toda clase de manjares de pastelería para Faraón;  y las aves las comían del canastillo de sobre mi cabeza.
Gen 40:18  Entonces respondió José,  y dijo:  Esta es su interpretación:  Los tres canastillos tres días son.
Gen 40:19  Al cabo de tres días quitará Faraón tu cabeza de sobre ti,  y te hará colgar en la horca,  y las aves comerán tu carne de sobre ti.
Gen 40:20  Al tercer día,  que era el día del cumpleaños de Faraón,  el rey hizo banquete a todos sus sirvientes;  y alzó la cabeza del jefe de los coperos,  y la cabeza del jefe de los panaderos,  entre sus servidores.
Gen 40:21  E hizo volver a su oficio al jefe de los coperos,  y dio éste la copa en mano de Faraón.
Gen 40:22  Mas hizo ahorcar al jefe de los panaderos,  como lo había interpretado José.
Gen 40:23  Y el jefe de los coperos no se acordó de José,  sino que le olvidó.
Gen 41:1  Aconteció que pasados dos años tuvo Faraón un sueño.  Le parecía que estaba junto al río;
Gen 41:2  y que del río subían siete vacas,  hermosas a la vista,  y muy gordas,  y pacían en el prado.
Gen 41:3  Y que tras ellas subían del río otras siete vacas de feo aspecto y enjutas de carne,  y se pararon cerca de las vacas hermosas a la orilla del río;
Gen 41:4  y que las vacas de feo aspecto y enjutas de carne devoraban a las siete vacas hermosas y muy gordas.  Y despertó Faraón.
Gen 41:5  Se durmió de nuevo,  y soñó la segunda vez:  Que siete espigas llenas y hermosas crecían de una sola caña,
Gen 41:6  y que después de ellas salían otras siete espigas menudas y abatidas del viento solano;
Gen 41:7  y las siete espigas menudas devoraban a las siete espigas gruesas y llenas.  Y despertó Faraón,  y he aquí que era sueño.
Gen 41:8  Sucedió que por la mañana estaba agitado su espíritu,  y envió e hizo llamar a todos los magos de Egipto,  y a todos sus sabios;  y les contó Faraón sus sueños,  mas no había quien los pudiese interpretar a Faraón.
Gen 41:9  Entonces el jefe de los coperos habló a Faraón,  diciendo:  Me acuerdo hoy de mis faltas.
Gen 41:10  Cuando Faraón se enojó contra sus siervos,  nos echó a la prisión de la casa del capitán de la guardia a mí y al jefe de los panaderos.
Gen 41:11  Y él y yo tuvimos un sueño en la misma noche,  y cada sueño tenía su propio significado.
Gen 41:12  Estaba allí con nosotros un joven hebreo,  siervo del capitán de la guardia;  y se lo contamos,  y él nos interpretó nuestros sueños,  y declaró a cada uno conforme a su sueño.
Gen 41:13  Y aconteció que como él nos los interpretó,  así fue:  yo fui restablecido en mi puesto,  y el otro fue colgado.
Gen 41:14  Entonces Faraón envió y llamó a José.  Y lo sacaron apresuradamente de la cárcel,  y se afeitó,  y mudó sus vestidos,  y vino a Faraón.
Gen 41:15  Y dijo Faraón a José:  Yo he tenido un sueño,  y no hay quien lo interprete;  mas he oído decir de ti,  que oyes sueños para interpretarlos.
Gen 41:16  Respondió José a Faraón,  diciendo:  No está en mí;  Dios será el que dé respuesta propicia a Faraón.
Gen 41:17  Entonces Faraón dijo a José:  En mi sueño me parecía que estaba a la orilla del río;
Gen 41:18  y que del río subían siete vacas de gruesas carnes y hermosa apariencia,  que pacían en el prado.
Gen 41:19  Y que otras siete vacas subían después de ellas,  flacas y de muy feo aspecto;  tan extenuadas,  que no he visto otras semejantes en fealdad en toda la tierra de Egipto.
Gen 41:20  Y las vacas flacas y feas devoraban a las siete primeras vacas gordas;
Gen 41:21  y éstas entraban en sus entrañas,  mas no se conocía que hubiesen entrado,  porque la apariencia de las flacas era aún mala,  como al principio.  Y yo desperté.
Gen 41:22  Vi también soñando,  que siete espigas crecían en una misma caña,  llenas y hermosas.
Gen 41:23  Y que otras siete espigas menudas,  marchitas,  abatidas del viento solano,  crecían después de ellas;
Gen 41:24  y las espigas menudas devoraban a las siete espigas hermosas;  y lo he dicho a los magos,  mas no hay quien me lo interprete.
Gen 41:25  Entonces respondió José a Faraón:  El sueño de Faraón es uno mismo;  Dios ha mostrado a Faraón lo que va a hacer.
Gen 41:26  Las siete vacas hermosas siete años son;  y las espigas hermosas son siete años:  el sueño es uno mismo.
Gen 41:27  También las siete vacas flacas y feas que subían tras ellas,  son siete años;  y las siete espigas menudas y marchitas del viento solano,  siete años serán de hambre.
Gen 41:28  Esto es lo que respondo a Faraón.  Lo que Dios va a hacer,  lo ha mostrado a Faraón.
Gen 41:29  He aquí vienen siete años de gran abundancia en toda la tierra de Egipto.
Gen 41:30  Y tras ellos seguirán siete años de hambre;  y toda la abundancia será olvidada en la tierra de Egipto,  y el hambre consumirá la tierra.
Gen 41:31  Y aquella abundancia no se echará de ver,  a causa del hambre siguiente la cual será gravísima.
Gen 41:32  Y el suceder el sueño a Faraón dos veces,  significa que la cosa es firme de parte de Dios,  y que Dios se apresura a hacerla.
Gen 41:33  Por tanto,  provéase ahora Faraón de un varón prudente y sabio,  y póngalo sobre la tierra de Egipto.
Gen 41:34  Haga esto Faraón,  y ponga gobernadores sobre el país,  y quinte la tierra de Egipto en los siete años de la abundancia.
Gen 41:35  Y junten toda la provisión de estos buenos años que vienen,  y recojan el trigo bajo la mano de Faraón para mantenimiento de las ciudades;  y guárdenlo.
Gen 41:36  Y esté aquella provisión en depósito para el país,  para los siete años de hambre que habrá en la tierra de Egipto;  y el país no perecerá de hambre.
Gen 41:37  El asunto pareció bien a Faraón y a sus siervos,
Gen 41:38  y dijo Faraón a sus siervos:  ¿Acaso hallaremos a otro hombre como éste,  en quien esté el espíritu de Dios?
Gen 41:39  Y dijo Faraón a José:  Pues que Dios te ha hecho saber todo esto,  no hay entendido ni sabio como tú.
Gen 41:40  Tú estarás sobre mi casa,  y por tu palabra se gobernará todo mi pueblo;  solamente en el trono seré yo mayor que tú.
Gen 41:41  Dijo además Faraón a José:  He aquí yo te he puesto sobre toda la tierra de Egipto.
Gen 41:42  Entonces Faraón quitó su anillo de su mano,  y lo puso en la mano de José,  y lo hizo vestir de ropas de lino finísimo,  y puso un collar de oro en su cuello;
Gen 41:43  y lo hizo subir en su segundo carro,  y pregonaron delante de él:  ¡Doblad la rodilla!;  y lo puso sobre toda la tierra de Egipto.
Gen 41:44  Y dijo Faraón a José:  Yo soy Faraón;  y sin ti ninguno alzará su mano ni su pie en toda la tierra de Egipto.
Gen 41:45  Y llamó Faraón el nombre de José,  Zafnat-panea;  y le dio por mujer a Asenat,  hija de Potifera sacerdote de On.  Y salió José por toda la tierra de Egipto.
Gen 41:46  Era José de edad de treinta años cuando fue presentado delante de Faraón rey de Egipto;  y salió José de delante de Faraón,  y recorrió toda la tierra de Egipto.
Gen 41:47  En aquellos siete años de abundancia la tierra produjo a montones.
Gen 41:48  Y él reunió todo el alimento de los siete años de abundancia que hubo en la tierra de Egipto,  y guardó alimento en las ciudades,  poniendo en cada ciudad el alimento del campo de sus alrededores.
Gen 41:49  Recogió José trigo como arena del mar,  mucho en extremo,  hasta no poderse contar,  porque no tenía número.
Gen 41:50  Y nacieron a José dos hijos antes que viniese el primer año del hambre,  los cuales le dio a luz Asenat,  hija de Potifera sacerdote de On.
Gen 41:51  Y llamó José el nombre del primogénito,  Manasés;  porque dijo:  Dios me hizo olvidar todo mi trabajo,  y toda la casa de mi padre.
Gen 41:52  Y llamó el nombre del segundo,  Efraín;  porque dijo:  Dios me hizo fructificar en la tierra de mi aflicción.
Gen 41:53  Así se cumplieron los siete años de abundancia que hubo en la tierra de Egipto.
Gen 41:54  Y comenzaron a venir los siete años del hambre,  como José había dicho;  y hubo hambre en todos los países,  mas en toda la tierra de Egipto había pan.
Gen 41:55  Cuando se sintió el hambre en toda la tierra de Egipto,  el pueblo clamó a Faraón por pan.  Y dijo Faraón a todos los egipcios:  Id a José,  y haced lo que él os dijere.
Gen 41:56  Y el hambre estaba por toda la extensión del país.  Entonces abrió José todo granero donde había,  y vendía a los egipcios;  porque había crecido el hambre en la tierra de Egipto.
Gen 41:57  Y de toda la tierra venían a Egipto para comprar de José,  porque por toda la tierra había crecido el hambre.
Gen 42:1  Viendo Jacob que en Egipto había alimentos,  dijo a sus hijos:  ¿Por qué os estáis mirando?
Gen 42:2  Y dijo:  He aquí,  yo he oído que hay víveres en Egipto;  descended allá,  y comprad de allí para nosotros,  para que podamos vivir,  y no muramos.
Gen 42:3  Y descendieron los diez hermanos de José a comprar trigo en Egipto.
Gen 42:4  Mas Jacob no envió a Benjamín,  hermano de José,  con sus hermanos;  porque dijo:  No sea que le acontezca algún desastre.
Gen 42:5  Vinieron los hijos de Israel a comprar entre los que venían;  porque había hambre en la tierra de Canaán.
Gen 42:6  Y José era el señor de la tierra,  quien le vendía a todo el pueblo de la tierra;  y llegaron los hermanos de José,  y se inclinaron a él rostro a tierra.
Gen 42:7  Y José,  cuando vio a sus hermanos,  los conoció;  mas hizo como que no los conocía,  y les habló ásperamente,  y les dijo:  ¿De dónde habéis venido?  Ellos respondieron:  De la tierra de Canaán,  para comprar alimentos.
Gen 42:8  José,  pues,  conoció a sus hermanos;  pero ellos no le conocieron.
Gen 42:9  Entonces se acordó José de los sueños que había tenido acerca de ellos,  y les dijo:  Espías sois;  por ver lo descubierto del país habéis venido.
Gen 42:10  Ellos le respondieron:  No,  señor nuestro,  sino que tus siervos han venido a comprar alimentos.
Gen 42:11  Todos nosotros somos hijos de un varón;  somos hombres honrados;  tus siervos nunca fueron espías.
Gen 42:12  Pero José les dijo:  No;  para ver lo descubierto del país habéis venido.
Gen 42:13  Y ellos respondieron:  Tus siervos somos doce hermanos,  hijos de un varón en la tierra de Canaán;  y he aquí el menor está hoy con nuestro padre,  y otro no parece.
Gen 42:14  Y José les dijo:  Eso es lo que os he dicho,  afirmando que sois espías.
Gen 42:15  En esto seréis probados:  Vive Faraón,  que no saldréis de aquí,  sino cuando vuestro hermano menor viniere aquí.
Gen 42:16  Enviad a uno de vosotros y traiga a vuestro hermano,  y vosotros quedad presos,  y vuestras palabras serán probadas,  si hay verdad en vosotros;  y si no,  vive Faraón,  que sois espías.
Gen 42:17  Entonces los puso juntos en la cárcel por tres días.
Gen 42:18  Y al tercer día les dijo José:  Haced esto,  y vivid:  Yo temo a Dios.
Gen 42:19  Si sois hombres honrados,  quede preso en la casa de vuestra cárcel uno de vuestros hermanos,  y vosotros id y llevad el alimento para el hambre de vuestra casa.
Gen 42:20  Pero traeréis a vuestro hermano menor,  y serán verificadas vuestras palabras,  y no moriréis.  Y ellos lo hicieron así.
Gen 42:21  Y decían el uno al otro:  Verdaderamente hemos pecado contra nuestro hermano,  pues vimos la angustia de su alma cuando nos rogaba,  y no le escuchamos;  por eso ha venido sobre nosotros esta angustia.
Gen 42:22  Entonces Rubén les respondió,  diciendo:  ¿No os hablé yo y dije:  No pequéis contra el joven,  y no escuchasteis?  He aquí también se nos demanda su sangre.
Gen 42:23  Pero ellos no sabían que los entendía José,  porque había intérprete entre ellos.
Gen 42:24  Y se apartó José de ellos,  y lloró;  después volvió a ellos,  y les habló,  y tomó de entre ellos a Simeón,  y lo aprisionó a vista de ellos.
Gen 42:25  Después mandó José que llenaran sus sacos de trigo,  y devolviesen el dinero de cada uno de ellos,  poniéndolo en su saco,  y les diesen comida para el camino;  y así se hizo con ellos.
Gen 42:26  Y ellos pusieron su trigo sobre sus asnos,  y se fueron de allí.
Gen 42:27  Pero abriendo uno de ellos su saco para dar de comer a su asno en el mesón,  vio su dinero que estaba en la boca de su costal.
Gen 42:28  Y dijo a sus hermanos:  Mi dinero se me ha devuelto,  y helo aquí en mi saco.  Entonces se les sobresaltó el corazón,  y espantados dijeron el uno al otro:  ¿Qué es esto que nos ha hecho Dios?
Gen 42:29  Y venidos a Jacob su padre en tierra de Canaán,  le contaron todo lo que les había acontecido,  diciendo:
Gen 42:30  Aquel varón,  el señor de la tierra,  nos habló ásperamente,  y nos trató como a espías de la tierra.
Gen 42:31  Y nosotros le dijimos:  Somos hombres honrados,  nunca fuimos espías.
Gen 42:32  Somos doce hermanos,  hijos de nuestro padre;  uno no parece,  y el menor está hoy con nuestro padre en la tierra de Canaán.
Gen 42:33  Entonces aquel varón,  el señor de la tierra,  nos dijo:  En esto conoceré que sois hombres honrados:  dejad conmigo uno de vuestros hermanos,  y tomad para el hambre de vuestras casas,  y andad,
Gen 42:34  y traedme a vuestro hermano el menor,  para que yo sepa que no sois espías,  sino hombres honrados;  así os daré a vuestro hermano,  y negociaréis en la tierra.
Gen 42:35  Y aconteció que vaciando ellos sus sacos,  he aquí que en el saco de cada uno estaba el atado de su dinero;  y viendo ellos y su padre los atados de su dinero,  tuvieron temor.
Gen 42:36  Entonces su padre Jacob les dijo:  Me habéis privado de mis hijos;  José no parece,  ni Simeón tampoco,  y a Benjamín le llevaréis;  contra mí son todas estas cosas.
Gen 42:37  Y Rubén habló a su padre,  diciendo:  Harás morir a mis dos hijos,  si no te lo devuelvo;  entrégalo en mi mano,  que yo lo devolveré a ti.
Gen 42:38  Y él dijo:  No descenderá mi hijo con vosotros,  pues su hermano ha muerto,  y él solo ha quedado;  y si le aconteciere algún desastre en el camino por donde vais,  haréis descender mis canas con dolor al Seol.

Nota: El relatao de José sigue en los siguientes capítulos hasta el capítulo 50 de Génesis

Heb 11:21  Por la fe Jacob,  al morir,  bendijo a cada uno de los hijos de José,  y adoró apoyado sobre el extremo de su bordón.
11:22  Por la fe José,  al morir,  mencionó la salida de los hijos de Israel,  y dio mandamiento acerca de sus huesos.

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