Testimonio de José Antonio Navarro González
¡CUANDO EL SEÑOR TE LLAMA, EL INTENTO DEL HOMBRE PARA IGNORARLO, ES EN VANO!
No vivas en la ignorancia, escudriña la Santa Biblia y descubre el camino de la “verdad”
Vivo en el Pelón, Segura de la Sierra (Jaén) hijo de José y Benedicta. Profesión: Auxiliar de Correos.
Todo comenzó cuando fui a ver a un curandero a Valencia durante dos años. (Hoy sé que todo aquello era falso, entonces no lo sabia) y digo que era falso porque decía que él era “Jesucristo” así como suena. Hoy sé que cuando venga nuestro Señor y Salvador, lo veremos todos, (Apocalipsis 1:7) y no como aquel hombre que sólo lo veían los que iban a verle. Pues yo iba porque soy impedido físico y buscaba la curación de mi cuerpo, (cosa que no conseguí).
Este hombre, hablaba de Dios, de nuestro Señor Jesucristo y del Espíritu Santo; y la verdad es que aquello era un engaño, como lo es todo aquel que se hace pasar por Dios, o adora a otros dioses o imágenes, pero ahora sé que de Él no nos podemos burlar (Gálatas 6:7 Efesios 5:6) busca el 1º y 2º Mandamiento en (Éxodo capítulo 20 versículos del 3 al 6, Zacarías 13:2).
Yo no recibí mejoría, al contrario cada día peor; hasta que comencé a buscar al Dios verdadero y vivo, al Dios que lo creó todo, lo sabe todo, lo puede todo, sabe los pensamientos de todos; pero creo que a raíz de aquella falsa, (me apartó Dios) y comencé a interesarme por saber más del Dios, que no hay nada difícil para Él (Génesis 18:14) y Él me abrió mí corazón, y me dio de su Santo Espíritu, por el cual tengo la seguridad de salvación que sólo Él nos puede dar (Hechos de los apóstoles 4:12, 1Tesalonicenses 4:13-13, 2Timoteo 1:12). Yo hoy puedo decir que he cambiado el 100 %, que he nacido de nuevo (San Juan 3:3) en salud física, en salud espiritual, en paz exterior e interior, en amor hacia el Señor y hacia el prójimo. Ahora lo sé. ¡¡Inténtalo tú también, vale la pena, créeme!!
A partir de entonces me entró un enorme deseo de ponerme en contacto con unos primos de La Puerta de Segura, que hacía 22 años que no veía; todo esto sin saber yo que ellos eran cristianos evangélicos: Alfonso Teruel y Benita Parra, matrimonio; a los que yo tenía mucho que agradecer. Yo creía que aquellas ganas de localizarlos era porque me sentía desagradecido con ellos, pero no era esa la causa, hoy lo sé; era la forma que nuestro Señor había elegido para que llegara a conocer el “Evangelio”.
Más tarde en el mes de Octubre, los localicé en un Cortijo que tenían en Torres de Albanchez (Jaén); los invité a comer en casa el domingo, y aceptaron, y me dijeron: ¿Quieres que venga el pastor con nosotros?, le dije que si, pero yo creía que era un pastor de ovejas del campo, no sabía que se trataba de un pastor de las ovejas del Señor; pues, bien, llega el domingo de la cita y vienen a casa, y yo al ver el pastor, su aspecto, su cultura etc. me dije: ¿Qué clase de pastor es éste?; ya metidos en conversación me di cuenta de la clase de pastor que era; pues bien, me invitan para el domingo próximo ir al culto, yo acepté, (era el 1º de Noviembre de 1.992). Así fue como empecé a conocer la verdadera Palabra de Dios, sus caminos, su misericordia, la verdadera paz, el amor, la vida eterna etc. algo que toda persona debe conocer.
Como la mayoría de los seres humanos, yo también creía que la sanidad del cuerpo era lo más importante, pero no es así; pues lo más importante es el alma por supuesto; pues el tiempo pasa volando y todas las cosas de éste mundo pasan, pero la Palabra del Señor no pasa. El Señor dice: “El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán”. (Mateo 24:35)
Tengo que decir también que estaba tan rebelde a abandonar la religión católica, (aunque esto no era cambiar de religión, sino buscar la única religión que puede salvar) que era la mía, la que desde pequeño me habían impuesto en el colegio, que no quería saber nada fuera de ella; tengo que decir también, que tuve una Biblia anteriormente la cual no llegué a abrirla para ver que decía, tal vez por miedo a conocer el pecado, o la manera de no cometerlo, no lo sé, lo que sí se es que “el Señor cuando te llama no te puedes seguir negando”. Mi ceguera espiritual era muy grande, como la mayoría de los seres humanos la tienen hoy; era tal, que tengo un primo cristiano evangélico en Francia que se llama Lucio, y cuando venía en vacaciones, quería hablarme de la Palabra de Dios, y yo cuando lo veía venir lo rehuía porque no quería oír nada de Dios; hoy me doy cuenta (gracias a la misericordia de nuestro Señor y Salvador Jesucristo) que los demás hacen conmigo, como yo hacia con él.
Ahora estoy totalmente convencido de que los caminos del Señor no son nuestros caminos (Isaías 55:8) ni que el hombre puede oponerse a Dios; y que Él nos utiliza de muchas maneras para sus propósitos, y para bien nuestro, para recibir esa corona incorruptible que ha preparado a los que le aman.
El día 15 de Agosto de 1.993, lo tengo todo muy claro, y me bautizo, en el bautismo del arrepentimiento, (San Mateo 20:22-23 Lucas 3:3), en el Chorreón, Siles. Me acompañaron mis dos hermanas en la carne, y sus familias, y hermanos en la fe del Señor. (Total 42 personas)
Debo decir una cosa más, y es qué todos los días que viva daré gracias a Dios por ésta enfermedad que tengo, porque estoy convencido, de que por la gracia del Señor, y por estar así he llegado a “ver”, porque antes era ciego.
¡Gracias al Señor por éste nuevo nacimiento en Él!
A Él sea la gloria por todos los siglos.
José Antonio Navarro González
Diácono de la Iglesia Cristiana Evangélica de la Sierra de Segura (Jaén)