Testimonio Josefa Teruel Ortega (27/08/1927 - 07/04/2006) (Emitido en un programa de Radio). Falleció el 07 de abril de 2006.
El Señor dice:
"Bienaventurados de aquí en adelante los muertos que mueren en el Señor. Sí, dice el Espíritu, descansarán de sus trabajos, porque sus obras con ellos siguen" (Apocalipsis 14:13).
Esto es un programa de la Iglesia Cristiana Evangélica de la Sierra de Segura, que se llama la verdad conforme a la santa Biblia que es la Palabra de Dios y no otra doctrina o las tradiciones de los hombres.
Vamos a hablar con una mujer de esta zona de la Sierra de segura que vive en Benatae. Se llama Josefa Teruel Ortega. Quiere ser ella quien nos diga su historia.
Josefa
- Bueno como ya han oído vivo en Benatae, pero nací y me crié en el Ojuelo. Mis padres eran Francisco y Luciana, conocidos en todas aquellas aldeas como Francisco el mulero de Don José Quijano.
Siendo muy jovénes nosotros nos fuimos del Ojuelo pero creo que todavía tiene que haber gente que al oír el nombre de mis padres les recuerden y también a nosotros sus hijos.
Bueno hago todas estas aclaraciones porque mi deseo es que presten atención a este relato que voy hacer a continuación.
- Mi familia
Yo conocedora de la religión católica romana, en la que fui educada desde mi niñez, y también todos mis hermanos, porque mis padres nos educaron en ella. Pero no conocíamos el evangelio puro porque no teníamos la Biblia ni éramos conocedores de ella. En aquella época la teníamos prohibida, las personas que tenían una Biblia tenían que esconderla porque eran muy perseguidas.
Yo era católica y muy fiel a mi fe en la que siempre había profesado. Iba a misa cada día. También comulgaba diariamente, pues yo creía en el perdón de los pecados por medio de la confesión hecha a un sacerdote, porque así me habían enseñado desde mi niñez.
- Visita de Alfonso
Pero un día, hace más de 25 años recibí una visita que no esperaba. En aquella fecha mi hermano Alfonso vivía en Barcelona pero vino a vernos a los hermanos que habíamos quedado aquí y mi padre que vivía conmigo, pero mi hermano no venía solo le acompañaba un hombre. Y cuando me lo presentó les hice pasar y después de los saludos y demás, me dijo que su amigo era pastor evangélico, y que él también era cristiano evangélico.
Yo la verdad me quedé muy sorprendida porque para mi aquello era totalmente desconocido. Empezamos hablar del tema y les pregunté que diferencia existe entre una doctrina y otra.
Y este hombre (el Pastor) de quien les he hablado, sacó de su bolsillo una Biblia según el tema de que hablamos me contestaba.
También él me hacía preguntas tales como en que estaba basada mi fe para recibir el perdón de mis pecados. Claro yo enseguida le contesté que yo confesaba mis pecados al cura, y el me daba la absolución. Y me ponía una penitencia, rezar algún Padre nuestro, Ave María, otras oraciones, algún sacrificio como ayunar, u otras penitencias según fueran de graves las faltas.)
Pero este hombre dijo: “Así dice la Palabra de Dios en el tema de la confesión y el perdón de nuestros pecados en Lc 5:20 -“Al ver la fe de ellos, le dijo al hombre enfermo tus pecados te son perdonados.” Pero los escribas y fariseos le criticaban y decían que blasfemaba diciendo “¿Quién puede perdonar pecados sino sólo Dios?” Pero él dijo al enfermo “para que sepáis que el Hijo del hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados (dijo al paralítico): A ti te digo. Levántate, toma tu lecho, y vete a tu casa.”
- Si, si confesamos que somos pecadores, pero no al cura, sino a Dios, “porque no hay otro nombre bajo el cielo en que podemos ser salvos”.
Bueno tocamos varios temas pero a mi no me convencían, diciendoles que tenía que leer la Biblia católica para ver lo que yo encontraba en ella para poder contradecir lo que ellos me explicaban con su Biblia abierta.
Me hizo pensar en muchas cosas que yo estaba tan segura de lo contrario que ni leyendo les creía, tal como la adoración a las imágenes que habrá se que es un pecado muy grave porque en (Ex 20:3-5, 23) “No tendrás dioses ajenos delante de mí. No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra.” “No hagáis conmigo dioses de plata, ni dioses de oro os haréis.”
(Salmo 115: 3-8) “Nuestro Dios está en los cielos; Todo lo que quiso ha hecho. Los ídolos de ellos son plata y oro, obra de manos de hombres. Tienen boca, mas no hablen; Tiene ojos mas no ven; Orejas tienen, mas no oyen; Tienen narices, mas no huelen; Manos tienen, mas no palpan; pies tienen, mas no andan; No hablan con su garganta. Semejantes a ellos son los que los hacen, y cualquiera que confía en ellos.”
Y otros muchos temas que para poderles explicar aquí necesitaría la radio para mi sola.
Y ya que tengo la oportunidad de poder hablar del evangelio públicamente quiero hacerlo para que las personas que son sinceras en la religión que profesan, sea cual sea, quiero decirles desde aquí que sólo que la sangre de Cristo nos limpia de todos nuestros pecados, y que la salvación solo se puede obtener por medio de la fe en la persona del Señor Jesucristo a través de su muerte y su resurrección, el justo por los injustos, Él pagó el precio de nuestros pecados con su vida “Porque la paga del pecado es muerte más la dadiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro,” y el dijo: “Yo soy el camino la verdad y la vida nadie viene al Padre sino por mi.”
Leer en la Biblia, es la Palabra de Dios y en ella encontrará la verdad y la vida eterna.
Cuando nos despedimos me regaló una Biblia y me explicó como aprender a buscar versículos y poder conocer la verdad y así es como yo pude conocer a Cristo como mi Salvador y Redentor.
Me costó mucho tiempo al principio. Me hacía un enorme lío pero cada vez que me ponía leer, lo primero que hacía era ponerme en oración y pedirle al Señor que me ayudara a encontrar la verdad porque ya tenía muchas dudas respecto a mis creencias hasta entonces.
Porque comparando entre una Biblia y la otra los dos dicen exactamente lo mismo.
y con Su ayuda fue viendo poquito a poco la luz por que con toda mi religión que yo tenía y era fiel, vivía en tinieblas, pero por su amor me di cuenta que soy pecadora, y que Cristo ha muerto para darme la vida y vida en abundancia y después la vida eterna.)
Y pensaba yo, ¿cómo es que un tema tan importante como es el de la salvación no nos han dicho la verdad? Porque el Señor dice en Ef. 2:8-10 :
“Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe. Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.”
Somos salvos para buenas obras, no somos salvos por buenas obras que nosotros podemos hacer, porque sin fe nuestras obras delante de Dios son como trapos de inmundicia.
Dice también el Señor en Su Palabra: “Aunque te laves con lejía, y amontones jabón sobre ti, la mancha de tu pecado permanecerá aún delante de mí, dijo Jehová el Señor.” (Jer.2:22)
Sólo la sangre de nuestro Señor Jesús Cristo nos lava y nos limpia de todos nuestros pecados grandes y pequeños porque toda desobediencia es pecado, y todos somos pecadores.
Para Él un pecado es romper su ley, cometer un pecado es ser culpable de quebrantar la ley de Dios, y así ser culpable delante de Dios. Por eso somos todos pecadores porque quien puede guardar la ley de Dios.
Jesús dijo que en el primer mandamiento: “amarás a su Dios con todo tu corazón y tu prójimo como a ti mismo.” ¿Quien hizo esto?. Pero le doy gracias cada día por su obra redentora, por su amor que sin nosotros merecerlo vino a este mundo a sufrir en nuestro lugar.
Cristo lo dijo: “No hay justo ni aún uno”. Él es el único hombre que hubo justo en la tierra porque siendo Dios se despojó de toda su gloria para bajar a la tierra a dar su vida a los pecadores a los cuales yo soy la primera.
Sólo en Jesucristo el hombre que bajó a la tierra se encarneció en las entrañas de la virgen María, para que por medio de su nacimiento y su muerte podemos ser reconciliados con Dios por la fe en el evangelio de la cruz.
El Rey de reyes tuvo que nacer en un establo y su vida era una vida de humildad y de servicio hasta que murió en la cruz del Calvario entre dos ladrones como un mal hechor.
Cuando le injuriaban dijo “Padre perdónanos porque no saben lo que hacen” y uno de los dos ladrones que reconoció sus pecados y le pidió perdón, y Cristo le dijo: “De cierto, de cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso.”
No tuvo oportunidad para hacer ninguna obra buena, hizo sólo mal toda su vida.
No tuvo que pasar por el purgatorio porque Jesucristo hizo su obra completa. Antes de morir dijo: “Consumado es.”
Y entregó su espíritu y allí clavó mis pecados y los de todo aquel que cree en Él como su Señor y Salvador porque el que cree en Cristo tiene que creer su Palabra si no está engañando a si mismo.